ES POR SUPERVIVENCIA
- Andrea H. Lara
- 8 oct 2018
- 1 Min. de lectura
“Es por supervivencia”.
Me repetía mientras comenzaba a oler el característico aroma a ahumado.
“Es por supervivencia”.
Me repetía mientras recordaba cómo había llegado hasta ese momento, recordar cómo abordaba un avión y me dormía en el asiento.
“Es por supervivencia”.
Me repetía mientras me servía mí porción individual.
“Es por supervivencia”.
Me repetía mientras a mi mente venía el recuerdo de los gritos de las personas al estrellarse el avión.
“Es por supervivencia”.
Me repetía mientras sentía cómo el trazo de carne rozaba mis labios.
“Es por supervivencia”.
Me repetía mientras recordaba cómo al pasar los días ya no había alimentos y empezábamos a tomar decisiones vitales.
“Es por supervivencia”.
Me repetía mientras metía el grasiento trozo de carne en mi boca.
“Es por supervivencia”
Me repetía mientras recuerdo cómo la gran mayoría se indignó ante la decisión, pero al final, terminaron accediendo.
“Es por supervivencia”.
Me repetía mientras segregaba saliva y masticaba la crujiente carne.
“Es por supervivencia”.
Me repetía mientras sabía que era el último con vida y al fin, después de tanto tiempo, había sido rescatado.
“Es por supervivencia”.
Me repetía mientras masticaba la crujiente carne y empezaba a degustar el intenso sabor.
“Es por supervivencia”.
Me repetía cuando aun regresando a casa, recordaba lo vivido y no podía encontrar en ningún alimento ese peculiar sabor.
“Es por supervivencia”.
Me repetía mientras el trozo de carne ya estaba completamente masticado.
“Es por supervivencia”.
Me repetía mientras encontraba una persona con delicioso olor y le invitaba a cenar.
“No es por supervivencia”
Me corrijo cuando acabo de tragar mi bocado y ya estoy pensando en cómo sabrá la próxima parte de su cuerpo.
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